B     I   S    A   G    R   O    S


BISAGROS es una curaduría pensada y diseñada para la galeria  ESPACE PAVAGE en Rouen- Francia, muestra la transición entre técnicas tradicionales y los nuevos medios de la gráfica. Los artistas reunidos en esta propuesta, pertenecen a la escena periférica/emergente colombiana y a través de su trabajo reflejan alguna de las tres vertientes en las que se enfoca esta curaduría: técnicas tradicionales de la gráfica, combinación de estas técnicas con propuestas contemporáneas y la exploración de lenguajes políticos y sociales.

 Artistas emergentes de la gráfica colombiana como Sarcófaga, El primitivo, William Marín, Ornella Munar, Laura Troncoso, Esbinote, Arturo Anaya,  Manuela Garcia, Rapiña, Taller trez, Editorial Ambidiestro, Yeye, Juegos traslúcidos  y  Wilson Borja fueron los encargados de dar una muestra en cuanto a la gráfica colombiana contemporánea se refiere.

Se llevó a cabo  en el mes de Noviembre del 2015 en la Ciudad de Rouen,  Francia que cuenta con una amplia historia y reconocimiento en el arte fue el epicentro para esta exposición que nada tuvo que envidiar aquellos artistas locales que reproducen la misma técnica, en cambio se nota un buen ejercicio a la altura.  Sin duda la producción colombiana tiene elementos autoreferenciales relevantes que hace de sus temas algo impactante y digno de alabar, también basta con detenerse en la técnica para no tener duda de la dedicación en el que- hacer plástico que hace que el arte colombiano sea representativo.

Bisagros, una curaduría de Paola Lucumí.

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REGISTRO FOTOGRÁFICO

























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BISAGROS
Proyecto curatorial
Paola Lucumi
2015


BISAGROS es una curaduría que muestra la transición entre técnicas tradicionales y los nuevos medios de la gráfica. Los artistas reunidos en esta propuesta, pertenecen a la escena periférica/emergente colombiana y a través de su trabajo reflejan alguna de las tres vertientes en las que se enfoca esta curaduría: técnicas tradicionales de la gráfica, combinación de estas técnicas con propuestas contemporáneas y la exploración de lenguajes políticos y sociales.


Boceto de una transformación de la gráfica en Colombia.

La historia de la gráfica en Colombia ha tenido varias transformaciones que se encuentran relacionadas con cambios culturales globales. Situamos su inicio a través de la figura del caricaturista Ricardo Rendón, quien durante 37 años, realizó las mejores caricaturas políticas del país y uno de los íconos más importantes de la cultura popular colombiana: el logo de los cigarrillos “Pielroja”. El 28 de Octubre de 1931, se suicidó con un disparo en la cabeza al interior del Café La Gran Vía y hasta ahora poco se conoce de las razones que lo condujeron a la muerte puesto que solo dejó una nota que decía “Suplico que no me lleven a casa”, siendo este tal vez el primer happening de la historia del arte colombiano. El fin de la hegemonía conservadora y el inicio del reformismo liberal de los años treinta, que desembocaría en la muerte del liberal Jorge Eliecer Gaitán en el año 1948, acompañaron la muerte de quien fuera, junto con un grupo de jóvenes de Medellín llamados “Los Panidas”[1], uno de los grandes vanguardistas de la primera parte del siglo XX.
Resulta necesario comprender este ambiente cultural y político colombiano para aproximarnos a la gráfica que se ha desarrollado en el país, sobre todo aquella que se generó en los años setenta, cuya producción es fundamental en la historia del arte colombiano al ser una de las más influyentes en las expresiones artísticas y visuales actuales. Después del convulso trasegar de la década de los cincuenta, que los historiadores han acertado en llamar “La Violencia”, el Arte Colombiano tuvo poca circulación y una incipiente bohemia fue la que lo mantuvo a flote en tiempos de censura, quienes hacían de los cafés su galería y trinchera. Poetas y pintores como León de Greiff (antiguo Panida), Jorge Gaitán Durán, Omar Rayo, Enrique Grau, Marta Traba,  junto a escritores, periodistas y gente rica venida a menos, frecuentaban lugares como “El Automático” y posteriormente el Café “El Cisne” a pocos pasos del Museo de Arte Moderno, conformando un círculo cultural que sería el nicho del Arte Moderno Colombiano.
La apertura del Museo de Arte Moderno (MAMBO) en 1962, motivó a muchos artistas a explorar con nuevas técnicas además de que fue un espacio de exposiciones contantes que abrió sus puertas a una gama más amplia de artistas y que significó el abandono a las tendencias que imponían los Salones de Artistas y las galerías. En las obras que se producían se reflejaba el creciente interés por acercarse a la realidad del país y se hizo manifiesta la preocupación por establecer un sello propio a través de la experimentación, exploración y apropiación de nuevos materiales y técnicas. Paralelamente, se abrieron espacios de discusión en torno al arte y la política, en las que los críticos se centraron en entender el fenómeno del Arte y ayudaron a erigir la base teórica e histórica de lo que sería el comienzo de una cadena de acontecimientos que desembocan en lo que entendemos por arte contemporáneo hoy día en Colombia.
Por otra parte, en el ámbito internacional, la Guerra Fría marcó las relaciones sociales de las décadas siguientes a la Segunda Guerra Mundial. De igual forma, las Guerras de Corea y Vietnam marcaron agudos enfrentamientos ideológicos, de los cuales surgieron variados movimientos contraculturales, tales como: la Internacional situacionista, el hippismo, las subculturas londinenses de resistencia y defensa de la clase obrera, el rastafarismo, el movimiento por los derechos civiles, la generación beat, el Black Mountain Collage en Estados Unidos, entre otros, que se vieron abocados a la exploración de nuevas formas de vida, de amor y de relacionarse, que hicieron que el sistema se desplomara desde adentro por medio de la música y la gráfica (los ZINES), llevando mensajes ácidos en contra del sistema, configurando un claro movimiento contracultural.



17aLa Revolución Cubana de 1959, tuvo un fuerte impacto dentro y fuera del continente[2], marcó un aire de optimismo y ánimo revolucionario en la juventud inconforme, dando a luz numerosas manifestaciones de resistencia y activismo contra la guerra de Vietnam y las dictaduras a lo largo del mundo. Mientras en el primer mundo la contracultura era un modo establecido de resistencia cultural, en el segundo, tercero y cuarto mundo era la única herramienta para la revolución.
Algunos grupos fueron abiertamente revolucionarios y panfletarios, como el caso de los letristas o los situacionistas, otros utilizaron el terrorismo cultural o político, como el caso de los happenings y el arte guerrilla en Argentina o el colectivo Subversive Aktion en Alemania que estuvieron vinculados a varias acciones criminales y contrasistema desde distintas propuestas artísticas que ligaban la creación artística y política hasta el nivel de asimilarlos juntos, o significar lo mismo. Toda creación artística era la creación de un nuevo orden político y social, y la lectura de la Escuela de Frankfurt alimentaba de ideas a estos jóvenes primer mundistas que veían en el tercer mundo el acercamiento a un cambio social objetivo, y radicalizaba las posiciones de aquellos que se encontraban inconformes con los paradigmas políticos de izquierda y derecha que predominaban el espectro político de la época, esto influenció a Colombia, actualmente vemos en la gráfica contemporánea herramientas usadas por dichos movimientos como los mencionados (ZINES).
Estos gestos simbólicos traducidos en la “lucha por el reconocimiento y la producción de sentido”[3] (como caracteriza Bourdieu el campo del arte y su economía) comienzan a evidenciarse fuertemente en la práctica artística colombiana en este contexto de guerra ideológica. La revolución estaba en el ambiente y Latinoamérica no se quedaba atrás. En Colombia surgieron también este tipo de grupos con las mismas inquietudes de los movimientos ya mencionados, y se desarrolló un discurso similar por medio de la gráfica.


Taller 4 Rojo, una bisagra entre la realidad nacional, la gráfica y los nuevos medios


11 (1)Para enmarcar el sentido de Bisagros, se ha tomado como referente la historia del T4R, pero se acota que si bien es un referente significativo para hablar de la histórica gráfica local, no es el único. Los intereses de los creadores visuales de los setenta se consolidan desde una posición política y contracultural, como una crítica mordaz a los “esquemas de organización de las representaciones”[4] que venían en los manuales de historia del arte,  los curadores de los Salones Nacionales y el pequeño mercadillo del Arte Nacional que influyeron a los artistas de las décadas anteriores. Además del dibujo, la pintura y el grabado, se implementaron la fotografía y el cine como técnicas de producción artística, abriendo paso a una nueva era del arte. Cabe resaltar que en el arte latinoamericano emergían para entonces varios colectivos de creadores que estaban comprometidos con diferentes causas revolucionarias, desde la cotidianidad o en algunos casos por la vía armada. El movimiento civil de los sesenta marcó una pauta creativa y contracultural, que se manifiesta históricamente en la importancia de mayo de 1968 e incide en la gráfica colombiana de los setenta.

En este contexto Fabio R. Amaya, Diego Arango, Umberto Giangrandi, Carlos Granada, Jorge Mora y Nirma Zárate se asociaron para fundar el Taller 4 rojo (en adelante T4R) en 1971. Por medio de éste, buscaron la incorporación de los artistas a la realidad de Colombia, lo que implicaba el conocimiento de la situación de los sectores populares y la explotación del país. Contrarios a la premisa del arte por el arte, la visión política y el compromiso que cada artista asumía con la sociedad, fueron los elementos que marcaron la pauta para este colectivo de creadores. De allí su preocupación por los contenidos de las obras, las maneras de reproducirlas y sus formas de circulación. Si bien algunos iban en búsqueda de un arte puro, el T4R se inclinaba por explorar los nuevos medios como formas de expresión artística. Por supuesto, esto llevó a evolucionar técnicas alternativas para la masificación de la obra y las vías efectivas de difusión. Este grupo interdisciplinario rechazaba las galerías y espacios que legitimaban el arte, preocupándose por temas como el racismo, la exclusión, lo político, entre otros, y buscaron lenguajes que permitieran un acercamiento a las personas que no podían acceder al arte.


“En esta dinámica, el Taller 4 Rojo resultó un lugar particular de producción artística y cultural, donde algunos de sus miembros llegaron a realizar procesos creativos que alcanzaron los ámbitos más institucionales del campo artístico colombiano, al tiempo que se permitieron apoyar, desde el diseño y la producción visual, procesos políticos y ciudadanos a través de gráfica propagandística presente en carteles de calle, vallas, y diseños de impresos que circularon en escenarios cotidianos.”[5]


alter 13T4R fue un colectivo importante para la historia del arte colombiano, puesto que sirve como ejemplo de la mutación de la gráfica en Colombia. Mediante la elaboración de panfletos y carteles incitaron la discusión en torno al original y la copia, pues al reproducir las piezas en serie, el valor de autenticidad y sublimidad se ponía en entredicho, además de que expandía sus posibilidades al dialogar muy de cerca con campos como el de la publicidad, en donde la pieza es multiplicada varias veces y circulada masivamente. La exploración de T4R marca la historia del arte colombiano, pues generó nuevas formas de diálogo e inspiró que el lenguaje de las artes tomara nuevos matices. T4R es un hito en la historia artística y cultural del país, ya que indudablemente consolidó un lenguaje propio y posicionó a la gráfica como técnica y como una herramienta poderosa para trasmitir ideologías locales enmarcadas en un contexto global.


BISAGROS- propuesta curatorial

Este proyecto curatorial tiene como objetivo presentar obras de artistas colombianos que a través de su trabajo den cuenta de la exploración que existe actualmente en el panorama artístico del país y poner en evidencia las diferentes instancias creativas y productivas en torno a la gráfica actual: como técnica y como lenguaje. Bisagros es un reconocimiento a la producción visual desarrollada dentro del amplio creativo de las artes gráficas de los artistas denominados emergentes con fines de difusión cultural y/o político. Esta no es un muestra de una transición de los años setenta al actual, sino más bien un semejante  a lo que fue la gráfica en la década de los setenta y la gráfica actual emergente y sus maneras de producción y temáticas.


 Se exhibirá un trabajo del maestro Umberto Giangrandi, que servirá como referente del marco contextual del proyecto y como contraste entre su generación (años setenta) y la emergente actual. BISAGROS reúne el trabajo de distintos creadores que se caracterizan por pertenecer a la denominada generación emergente, es decir, aquellos artistas que son menores de 40 años; que no están vinculados directamente a una galería y que en usan técnicas variadas en su trabajo. La curaduría se divide en tres partes distintas, así:
·         Trabajos realizados a partir de técnicas tradicionales de la gráfica (serigrafía, litografía, xilografía, fotoserigrafía, fotograbado).

·          Trabajos en los que se combinen técnicas tradicionales y nuevos medios (video, instalación, videoinstalación, collage, fanzine, magazine, sticker, imagen digital, intervención in situ, apropiación, entre otros).

·         Trabajos que se caractericen por utilizar un lenguaje político y social.

El otro parámetro que se tuvo en cuenta a la hora de seleccionar los trabajos para esta curaduría, fue la saturación visual que prima en los estilos la gran mayoría de estos artistas utilizan; en composición, color y dibujo. Al igual que por el lenguaje transgresor, extravagante e, incluso, grotesco, con el que transmiten sus ideas.

Desde una vista panorámica, se espera que a través de los trabajos presentados además de mostrar la transición entre técnicas tradicionales y los nuevos medios de la gráfica, se demuestre que la gráfica contemporánea en Colombia, se está estableciendo como una estrategia artístico-política y como un arma de transgresión y de redefinición del contexto tanto artístico como social.

Bisagros en PAVAGE

(Pavage)- El teselado evoca al mismo tiempo una superficie y un espacio - uno está contenido en el otro. Los dos están compuestos de teselas, de formas, regulares o no, que deben estar en contacto entre ellas para ensamblarse. El proceso de teselado se encuentra tanto en las estructuras cristalinas como en las formas arquitectónicas. Teselado es la alegoría de un fenómeno maleable que puede acoger diferentes formas y que también sabe adaptarse a las formas que así lo requieran.

El ESPACIO PAVAGE (lugar para la creación y la difusión del arte), nace como una asociación con W4 [6]  quienes apoyan en logística y económicamente para que se posicione como un espacio pluridisciplinario en el que se encuentran creación, reflexión y exposición. El lugar es una rama de W4, conducido por un equipo asociativo, y dividido en dos partes: la exposición de trabajos artísticos, y el otro dedicado al coworking y al intercambio, tiene como objetivo establecer une red y un espacio favorables a la creación, la promoción, la mediación y la exposición de diferentes manifestaciones artísticas, se encuentra ubicado en el centro histórico de la cuidad de Ruan ubicada al noreste de Francia.

Pavage abres sus puertas a la exposición Bisagros, lugar pertinente para la naturaleza del proyecto, ya que además de ser una exposición de artistas colombianos, se espera general un intercambio entre creadores que produzcan Gráfica en países como Colombia, Francia y Alemania con un laboratorio en el que participen artistas colombianos residentes en Francia y artistas locales, entre estos artistas contaremos con la intervención  de John Quiroga, colombiano  quien está en residencia con W4  siendo el mecenas de Pavage y  expositor de Bisagros.







Bibliografia
ARANGO, Clemencia. El auge del grabado contestatario en los años sesenta y setenta. Ministerio de Cultura. Bogotá, 2002.
IRIARTE, María Elvira. Historia de la Serigrafía en Colombia Bogotá. Ed. Universidad Nacional de Colombia. Bogotá, 1986.
BOURDIEU, Pierre. Sentido social del gusto. Ed. Siglo XXI Editores. Buenos Aires, 2010.
BARÓN PINO, María Sol. ORDOÑEZ ROBAYO, Camilo Andrés. ROJO Y MAS ROJO T4R entre Colectivo Artístico, Taller de Artes Gráficas y los Movimientos Sociales. Bogotá, 2009.
GRANES, Carlos. Puño invisible. Ed. Taurus. México, 2008.

Correcciones: Natalia Castillo, Liliana Cortés.
Aportes: Daniel florez






[1] Grupos de trece poetas, filósofos y políticos que conformaron una vanguardia artística en Medellín, cuyo propósito era hacer un cambio en las propuestas estéticas y filosóficas resultado de los dos primeros decenios del siglo XX en Colombia. Para mayor información:
ESCOBAR CALLE, Miguel. Los panidas de Medellín: crónica sobre el grupo literario y su revista de 1915. Revista PANIDA #1. Febrero, 1915. Medellín. Ver en: http://www.banrepcultural.org/node/32904

[2] Granes, Carlos. Puño invisible. México: Taurus editorial, 2011. Página 189-191.
[3] Bourdieu, Pierre. Sentido social del gusto. Buenos aires: Siglo XXI Editores, 2010. Página 221.
[4] Bourdieu, Pierre. Sentido social del gusto. Buenos aires: Siglo XXI Editores, 2010. Página 223.
[5] Proyecto curatorial del Equipo TransHistorЯ; María Sol Barón Pino y Camilo Andrés Ordoñez Robayo, ROJO Y MÁS ROJO T4R entre Colectivo Artístico, Taller de Artes Gráficas y los Movimientos Sociales:  http://camilo.laveneno.org/Documentos/PRymR.pdf . Octubre 2009.
[6] Véase en el siguiente enlace : http://www.w-4.eu/



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